El obrador catalán que nos enduza con sus rosquillas en San Isidro

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Turris abraza la cultura gastronómica madrileña dándole su toque único a las rosquillas de San Isidro, disponibles en su versión más clásica y también en novedosos sabores

La tradición de comer rosquillas

Con un origen un tanto incierto, la tradición de comer rosquillas durante la festividad de San Isidro se atribuye a la tía Javiera. Este personaje popular comenzó a venderlas durante las fiestas patronales, consiguiendo tal éxito que todo el mundo empezó a copiarla. Y así es como el consumo de este dulce pasó a formar parte de la cultura madrileña.

Realidad o mito, comer las típicas rosquillas es un plan tradicional para disfrutar San Isidro. Por ello en «Turris» llenan sus obradores de la capital de este tradicional postre.

Selección de rosquillas en «Turris»

Elaboradas combinando la pasión por la artesanía y su estilo propio, con la esencia de esta festividad madrileña, Turris ha querido dar su toque especial a las rosquillas de San Isidro ampliando su selección con nuevos sabores que complementan con la tradicional:

  • Tontas: las más clásicas, pero también la base sobre la que se construye este postre madrileño. Su acabado sin glaseado invita a disfrutar de cada uno de sus ingredientes naturales, textura y aroma.

  • Listas: cubiertas de un glaseado elaborado con huevo y azúcar, el otro gran clásico de San Isidro que enamora a los amantes de la gastronomía clásica madrileña.

  • Chocolate: Turris añade a su oferta las rosquillas de San Isidro con cobertura de chocolate, una delicia que promete convertirse en el guilty pleasure de los amantes del dulce.

  • Limón: misma esencia que las rosquillas listas pero con un punto cítrico que combina a la perfección con el sabor dulce del azúcar de su glaseado.

Los obradores se visten de chulapos

Además, para celebrar San Isidro este año los obradores de Turris se visten de chulapos con una exclusiva ilustración que la artista madrileña Naranjalidad ha creado para sus escaparates. Un diseño alegre y colorido que rinde homenaje a esta festividad madrileña con pequeños guiños a su tradición en forma de claveles o los clásicos lunares del traje chulapo.

Las rosquillas de San Isidro estarán disponibles hasta el 31 de mayo tanto en los tres obradores de Turris de la capital, como en su ecommerce.

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