Beata Pasta pone de moda la pasta fresca en Madrid
Beata Basta es un «pasta bar» con una propuesta gastronómica casera y hecha al momento, que parte de una base de cocina tradicional, pero con un toque fresco, actual y joven.
Beata Pasta abrió primero en la Glorieta de Bilbao y luego en la calle Princesa, junto a la plaza de los Cubos, y solo unos meses después, ya es un referente indiscutible para Madrid, que estrena el concepto de restaurante en torno a un producto típico italiano auténtico de calidad hecho con mimo y ofrecido en varios formatos, con salsas diferentes y en dos locales que destacan por su decoración joven, divertida y llena de estilo.
Creado por Ciro Cristiano (Baldoria), ha democratizado y revolucionado el mundo de este plato tan italiano en Madrid con una propuesta gastronómica casera y hecha al momento, que parte de una base de cocina tradicional, pero con un toque fresco, actual y joven.
Beata Pasta está dividido en cuatro espacios: el obrador, la zona de bistró italiano, la despensa y, al fondo, la cocina, donde la magia de la pasta fresca se transforma; estos coquetos y coloridos locales (uno, con el amarillo y el blanco como emblema y el segundo, en rosa) no es solo un lugar para comer, sino también un espacio para experimentar y aprender gracias a los talleres que organiza cada semana.
Ciro Cristiano, que recibió el premio a la Mejor Propuesta de Pasta de Europa en el 50 Top Pizza 2024, es el artífice de este santuario de Madrid que rinde culto a la pasta fresca.
Los dos restaurantes muestran la Italia más auténtica a través de la pasta; esa que se aleja de cualquier cliché y en la que el producto más popular del país es el absoluto protagonista de principio a fin, tanto en los cuatros espacios en los que está dividido el local como en la carta.
Los dos restaurantes muestran la Italia más auténtica a través de la pasta; esa que se aleja de cualquier cliché y en la que el producto más popular del país es el absoluto protagonista de principio a fin, tanto en los cuatros espacios en los que está dividido el local como en la carta.
Los clientes pueden disfrutar del ‘Pistacho love’; ‘Ravioli alla Sorrentina’, rellenos de queso ricotta; ‘Call me mamma’ con, ragú tradicional napolitano de ternera y cebolla confitada; ‘Gran Torino’, raviolis rellenos de tres carnes, salsa de carne y gremolada de cítricos, o ‘Tornnarello alla Nerona’, su famosa rueda con calabacín frito, pecorino, Parmigiano Reggiano y albahaca.
Entre los postres, no falta uno de los grandes hits, el tiramisú, que se suma a la tarta de queso, al ‘Cannoli Siciliano’, con ricota de oveja y pistacho de Bronte, y al ‘Latte Imperiale’, un flan suave y cremoso acompañado de caramelo dorado; el ‘Platanomisú’ —crumble de lotus, plátano, caramelo salado, crema de mascarpone, chocolate fundido y ralladura de naranja— y al sorprendente ‘Pistacho bomb!’, un choux relleno de helado de pistacho, frambuesas, coulis de frutos rojos y salsa de pistacho.
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