El Teatro Arlequín Gran Vía es un teatro histórico y una de las salas de teatro referentes de la capital. Está situado muy cerca de la Gran Vía, se encuentra bajo el nivel de la calle y ofrece variedad de obras teatrales. Tiene una capacidad de 350 espectadores y cuenta con un pequeño anfiteatro.

Fue diseñado por Enrique López-Izquierdo, aunque anteriormente, antes de su inauguración en 1965, albergó un convento de dominicos, un cuartel de artillería, el teatro Recreo y una casa jesuita que fue incendiada en 1931.

Con singularidad y encanto, este teatro íntimo ha sufrido muchas reaperturas. Ya en sus comienzos, solo duró abierto 10 años. En 1977, cambió la titularidad del propietario pero también tuvieron que cerrar en 1980, momento en el que el teatro se convirtió en cine.

Tras varios cierres y reaperturas, en 2007, la actriz Antonia San Juan asumió la programación del Teatro Arlequín Gran Vía hasta principios de 2009, momento en el que el teatro cerró de nuevo tras el estreno de su producción «El matrimonio de Boston». Emma Ozores se hizo cargo de la empresa del Arlequín y debutó en 2010 con la obra de su padre, «El último que apague la luz». Sin embargo, esta empresa también cerró en el verano de 2013.

Finalmente, en septiembre de 2013, la empresa Arco Mediterráneo Proartis, liderada por José Luis Sánchez Codina, se hizo cargo de la gestión del teatro, que pasó a llamarse «La Strada» como homenaje a la película de Fellini. Sin embargo, en abril de 2014, el teatro recuperó su nombre original, añadiendo «Gran Vía» al final.