Casa Felisa, cocina con carácter «fine» neocastizo en pleno Chamberí
Antonio del Álamo firma la carta de Casa Felisa, que mezcla esos platos tradicionales de toda la vida con un toque de vanguardia y sofisticación
La tradición, los orígenes, los platos de toda la vida. Nada triunfa en este mundo si no volvemos a nuestras raíces, a lo que siempre nos ha acompañado toda la vida. Ese es el espíritu de la nueva apertura de moda del distrito Chamberí, Casa Felisa. Un restaurante que lleva por bandera lo neocastizo, es decir, esa unión de la cocina española, más específicamente la madrileña, y la innovación y la reinvención.
¿El resultado? Unos platos que homenajean a Madrid, con producto local, exquisitos en el gusto y en la presentación. Casa Felisa no se olvida de su espíritu de taberna madrileña de toda la vida, pero eleva la experiencia con su carácter fine neocastizo para presentarnos un concepto poco visto en Madrid.
Una parada obligatoria en el Barrio de las Salesas, un barrio que reúne esa modernidad y esa tradición madrileña que Casa Felisa absorbe y presenta tanto en su decoración como en su propuesta gastronómica.
Elegancia con un toque castizo
El ambiente cálido e íntimo acompaña a la perfección a la calidad de los platos. El interiorismo de Felisa ha sido ideado por Antonio Obrador, que ha querido reflejar el espíritu chulapo y madrileño en cada uno de los rincones del restaurante. Los colores que más destacan en el interior son el rojo, el negro y el amarillo, presentes en los toldos de su entrada, en las paredes, en las cortinas de terciopelo y en sus lámparas, aportando presencia, elegancia y calidez a la estancia.
Entre mesa y mesa nos encontramos alacenas que guardan objetos y la vajilla que se usa en el día a día en Casa Felisa. Y en las paredes, encontramos el origen del nombre de Casa Felisa.
Las raíces de Casa Felisa
Felisa, nacida en la Sierra de Madrid, era un niña muy curiosa. Desde pequeña le fascinaba la cocina, y cada vez que tenía la oportunidad, se colaba entre los fogones para saber qué estaban cocinando sus padres. Cuando se marchó a estudiar a París, el glamour, el hedonismo, la elegancia y la cultura francesa se quedaron en una parte de su corazón. Y en su regreso a España, quería fusionar todo lo aprendido en la capital francesa con el encanto burgués madrileño. Juntando innovación con tradición. Y así creó Casa Felisa.
Aunque Felisa realmente no existió, es la personificación del espíritu que se respira en Casa Felisa. Es la inspiración que toman para unir la vanguardia internacional con la comida tradicional española. Para mezclar la decoración de las tabernas de toda la vida con los restaurantes más sofisticados.
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Una carta que quita el hambre
La carta la firma el chef Antonio del Álamo, un chef afianzado en Madrid, con un profundo respeto por el producto y el sentido del mercado y de la temporada, que sabe reflejar la cocina tradicional con ese toque de reinvención.
Este chef ha creado una serie de platos en los que prima la calidad de los productos de Madrid, desafiando la idea de que la comida tradicional es algo poco sofisticada y elevándola con orgullo y elegancia en su presentación.
Comenzamos con sus entrantes. ¿Cómo suena una ensaladilla rusa con tortilla de camarones, unos buñuelos de bacalao con mahonesa de ajo negro o navajas en salsa de vermut de Madrid y mantequilla azafranada para ir abriendo boca?
La experiencia gastronómica no ha hecho más que empezar, porque continuamos con sus propuesta de entrepanes. Su sándwich de croissant de langosta espectacular con el propio jugo del crustáceo, su sándwich de pan brioche con esturión ahumado, papada ibérica y caviar o su pan de mollete con picadillo de cocido. Pasando a otros platos para comenzar nuestra cata, no podían faltar los huevos rotos con diferentes acompañamientos o los escabeches como su perdiz o el morrillo de atún rojo escabechados.
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Los principales pasan por raviolis de pepitoria de gallina, arroz a la llauna con chuleta de vaca, salmonete de roca dorado en sartén o lenguado a la plancha a la meunière. Nuestro favorito: el arroz meloso con carabinero, espárragos y judías verdes. No podéis marcharos sin pedirlo.
Los postres no pueden faltar. No dejéis de probar su tarta hojaldrada de limón y merengue tostado o su tarta de queso tibia. Un espectáculo de sabor.
