«Manuel de Falla. El retablo de maese Pedro (1923-2023). El pasado presente», un homenaje en forma de exposición a los 100 años del nacimiento de la ópera de cámara compuesta para títeres
Ubicada en la Residencia de Estudiantes, la muestra hace un recorrido por la creación e historia de una de las composiciones referentes de la música española, así como de Manuel de Falla, su compositor y figura destacada de la música del siglo XX
Hace 100 años nacía «El Retablo de maese Pedro», una obra maestra de la literatura española y la música concebida en forma de ópera de cámara para títeres.
Detrás de la creación, Manuel de Falla, el compositor gaditano y figura representativa de la música en el siglo XX que cultivó de un modo excepcional la tradición musical típica de nuestro país. Esta música fue posteriormente trasladada al mundo siendo reconocida de manera destacada en Europa y América.
«El Retablo de Maese Pedro» se inspiró en un capítulo del Quijote de Miguel de Cervantes y fue compuesta para ser interpretada en los conciertos y representaciones privadas que ofrecía la Princesa de Polignac en París.
Ahora, la Residencia de Estudiantes acoge la exposición «Manuel de Falla. El retablo de maese Pedro (1923-2023). El pasado presente» hasta el 28 de enero de 2024. Una muestra en homenaje a los 100 años del nacimiento de la obra, un recorrido por el sonido y el arte a través de 7 secciones donde los visitantes pueden descubrir desde documentos originales hasta borradores de las partituras de Falla, pasando a su vez por elementos de la escenografía original y obras de reconocidos artistas contemporáneos, entre ellos Miquel Barceló o Antonio Saura.
Un viaje a los sentidos, a la historia de nuestro país y al conocimiento cercano de una figura tan destacada como lo fue y lo es, Manuel de Falla.
Secciones
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La magia de los títeres en el universo infantil
Manuel de Falla estuvo familiarizado desde niño con el mundo de los títeres. Desde los 9 años el compositor tuvo su propio teatrito de marionetas, en el que invertiría numerosas horas de juego. Sus primeras representaciones las haría en la intimidad del hogar, ante la sola presencia de su hermana María del Carmen. Entre las historias que llevó a escena, el músico recordaba con particular emoción la recreación de las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza.
A su vez, durante su infancia en Cádiz asistiría a las representaciones de la Tía Norica, una compañía de origen italiano muy arraigada en la cultura popular de la ciudad. Posiblemente aquí el destino comenzó a fraguar lo que vendría después.
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Un Quijote inagotable para Manuel de Falla
Cervantes fue uno de los autores más leídos y visitados por Manuel de Falla. Al margen del Quijote, el músico conservó veintiún libros de otras obras del escritor en su biblioteca, con algunos títulos predilectos que se repiten de forma reiterada. Del Quijote, Falla atesoró una auténtica colección de ediciones: treinta ejemplares de muy diversas épocas y características, incluidas traducciones al francés, inglés y alemán. Esto permite hablar de una verdadera quijotemanía en Falla, quien consideró al Caballero de la Mancha como epítome de la cultura española.
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El proceso creativo de la obra
El punto de partida de «El retablo de maese Pedro» fue la carta enviada por la Princesa de Polignac a Falla el 25 de octubre de 1918, con el encargo de la obra. Mes y medio después el compositor le proponía como tema el capítulo XXVI de la segunda parte del Quijote, y más concretamente la representación del teatro ambulante de maese Pedro. Comenzó entonces un largo período de gestación musical, tras el que Falla dio a luz una nueva obra y más importante aún, un nuevo estilo.
Entre medias, cuatro largos años de borradores, dudas, soluciones… hasta los días 23 y 24 de marzo de 1923 cuando la obra se estrena en Sevilla en forma de concierto.
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El estreno en el salón de la Princesa de Polignac
La primera representación escénica de «El retablo de maese Pedro» tuvo lugar el 25 de junio de 1923, en el salón de música de la Princesa de Polignac. Hasta allí acudieron figuras sobresalientes de las artes y las letras europeas, junto a la alta sociedad parisina. Con gran éxito la obra supuso toda una revolución.
En el montaje escénico participaron Hermenegildo Lanz, Manuel Ángeles Ortiz y Hernando Viñes.
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Una obra orientada hacia nuevos «ideales hispánicos»
Con la creación de «El retablo de maese Pedro» Falla buscó la plasmación de un nuevo ideal artístico, que se inscribe en la vanguardia neoclásica desarrollada en Europa durante el período de entreguerras.
El resultado es una ópera de cámara especial y particular, a la vez que innovadora donde se bucea entre la literatura y la música del pasado español. Aún así, problemática en cierta medida porque no fue pensada por Falla con perdurabilidad, lo que la convierte en una obra difícil de llevar a escena.
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El Retablo imaginario cobra vida: representaciones entre 1923 y 1946
Progresivamente, «El retablo de maese Pedro» comenzó a circular por los principales teatros europeos y americanos, casi siempre bajo la atenta vigilancia de Manuel de Falla. Además de la gira española organizada por él mismo con la Orquesta Bética de Cámara, en la que Hermenegildo Lanz asumió la responsabilidad de la realización escénica, la obra pudo verse, entre otros lugares, en Bristol, Nueva York, Zúrich, Ámsterdam, Colonia, Berlín, Londres, Chicago, Venecia, Bruselas, Florencia, Madrid, Roma, Buenos Aires…
En esta sección se recogen testimonios gráficos y documentales de esas puestas en escena, con las que «El retablo de maese Pedro» continuó viviendo en variantes, en su decidida apuesta por conjugar la tradición y la vanguardia.
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El Retablo en el imaginario colectivo
Tras el fallecimiento de Falla, los personajes de «El retablo de maese Pedro» continuaron su viaje por el mundo, retando a músicos y artistas a la realización de nuevas producciones que no han dejado de sorprender.
Falla dio una segunda vida al Quijote, una renovación plástica de la obra y el personaje a través del compositor y su música, una manera de acercar a todas las generaciones un pasado traído al presente.
«Manuel de Falla. El retablo de maese Pedro (1923-2023)» está comisariada por Elena Torres Clemente, investigadora y profesora titular en la Universidad Complutense de Madrid. Sus estudios se centran en la figura y obra de Falla, así como en la música española de los siglos XIX y XX, por lo que es considerada una de las máximas especialistas internacionales sobre el tema.
«Manuel de Falla. El retablo de maese Pedro (1923-2023)» supone una muestra fundamental para conocer esta obra convertida en icono de la música española, así como una invitación a la reflexión sobre la delgada línea entre realidad y fantasía, entre tradición y modernidad. Un repaso a la historia y en cierta manera, a lo que fuimos y somos como sociedad, hoy y hace 100 años.