Seguramente, si pensamos en Bowie, nos viene a la mente la imagen icónica de su rostro con un rayo rojo y azul, con el pelo teñido de rojo, la cara maquillada y esos ojos de diferente color que nos atravesaban con la mirada. Esta imagen, que fue portada de uno de sus discos más importantes, Aladdin Sane, fue tomada por el fotógrafo Brian Duffy, un genio de la fotografía que se relacionó en el plano creativo durante casi 10 años con Bowie. La relación entre Duffy y Bowie durante 1972 y 1980, años en los que trabajaron juntos, se muestra en una exposición inmersiva en Madrid que estará en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid hasta el 23 de julio.

Una exposición que, a través de la narración visual digital, de los objetos, notas, dibujos y fotografías nos invita a profundizar en la época dorada de Bowie, uno de los mayores iconos de la cultura popular, y de Duffy, uno de los fotógrafos más representativos de la época, conocido también por fotografiar a estrellas como Nina Simone, Brigitte Bardot, John Lennon y por trabajar con revistas como Vogue, Elle o Cosmopolitan.

5 sesiones, 5 Bowies diferentes

Bowie taken by Duffy recoge los años dorados del cantante, actor e icono de la moda que fueron fotografiados por Duffy, 8 años en los que ambos crearon imágenes icónicas que han pasado a la historia. A través de cinco sesiones que realizaron juntos hasta los años 80, conocemos el desarrollo musical y artístico de Bowie, marcado por sus personajes excéntricos como Ziggy Stardust, Thin White Duke o Scary Monsters.

Así, en la primera sesión las fotografías que veremos en la exposición nos hablarán de un Bowie que quiere dar el salto al gran público como una estrella de rock, fotografiado así con una guitarra eléctrica.

En la última sesión, la quinta, veremos a un Bowie con el maquillaje a medio quitar, el traje mal puesto y un cigarro en la boca, una fotografía premonitoria que indicaba el fin de una era y de los años dorados, así como el fin de la relación de Bowie y Duffy.

La exposición recoge cinco sesiones, pero muchas otras fotografías que Duffy tomó nunca las llegaremos a conocer, ya que el fotógrafo, que veía lo que hacía como un trabajo más, quemó muchos de los negativos que capturó a lo largo de su vida. Es una suerte que podamos disfrutar de estas sesiones que hicieron estos dos genios creativos, ya que podrían haber acabado en el fuego.

Tanto para los más fans de Bowie como para aquellos que no conocen tanto de su vida. Bowie taken by Duffy es una de las exposiciones de 2023 de la capital que no nos podemos perder.