Desde los entrantes hasta los postres, la renovada carta de El Escondite de Villanueva apuesta por las raíces con el toque contemporáneo que caracteriza al restaurante

Con casi 25 años de historia en la Madrid y consolidado como un referente gastronómico en el barrio de Salamanca, El Escondite de Villanueva da un giro a su concepto y presenta una nueva carta enfocada en la cultura del tapeo.

Pionero en el modelo de horario non-stop y conocido por introducir las mini burgers en Madrid, El Escondite de Villanueva continúa reinventándose sin perder su esencia. Desde los entrantes hasta los postres, su renovada propuesta apuesta por las raíces con el toque contemporáneo y la creatividad que siempre han definido al restaurante.

Para comenzar, una selección de tapas frías que rinde homenaje al producto, como el jamón ibérico 100% bellota de Sánchez Romero Carvajal, la gilda de boquerón con anchoa y tomate seco o su deliciosa anchoa artesana de Santoña sobre pan brioche con mantequilla y mojo verde. Destacan también su ensaladilla rusa con ventresca, la ensalada de pimientos asados con langostinos y vinagreta de aceitunas, su steak tartar cortado a cuchillo con picante al gusto y su irresistible tartar de atún rojo con huevo frito y su puntilla.

Entre sus platos recién salidos de los fogones, presenta su alcachofa en flor a la brasa, su mítico pincho de tortilla o los deliciosos huevos rotos con gambón al ajillo. Además de las cremosas croquetas de jamón ibérico o de rabo de toro, las verduras a la brasa con huevo de corral y trufa y las patatas bravas elaboradas siguiendo la receta auténtica castiza, que complementan a la perfección estos primeros bocados de la carta.

Su nueva propuesta ofrece también una selección de entrepanes icónicos como el mollete de calamares con alioli de ajos amarillos, el mítico pepito de ternera clásico, elaborado en esta ocasión con queso Brie y cebolla caramelizada, el sándwich club al estilo de El Escondite de Villanueva y su exquisita hamburguesa con carne de vaca madurada y queso cheddar en pan de brioche.

Para quienes quieran disfrutar de una propuesta más relajada, su selección de pescados y carnes es la opción ideal. Entre sus platos del mar, destacan el pulpo a la brasa con puré de boniato y mojo canario, el atún rojo a la brasa con guacamole y encurtidos y los taquitos de merluza de pincho a la romana con alioli de ajo frito. Su selección de carnes ofrece elaboraciones como el canelón de rabo de toro en su jugo con bechamel y portobello, las albóndigas guisadas en salsa de almendras, el solomillo de vaca madurada, que se puede disfrutar entero o fileteado, acompañado de patatas panaderas, sus carrilleras ibéricas al palo cortado Don Zoilo o su espectacular lomo de vaca madurado. Todo ello se puede acompañar de opciones como el puré trufado, el boniato frito, el arroz o las patatas fritas.

En homenaje a su trayectoria, el restaurante presenta una selección de platos imprescindibles, auténticos emblemas de su historia culinaria durante más de 20 años. Entre ellos, no podían faltar sus mini hamburguesitas con cheddar y cebolla caramelizada, en la carta desde 2003, su delicioso taco de cochinita pibil con guacamole, su falso risotto con boletus y trufa, su espectacular pan bao de pato pad thai con alioli de tamarindo y sus milanesitas de pollo crujiente sweet & chili.

Su carta de postres permite disfrutar de clásicos irresistibles como su carrot cake, la tarta de queso con coulis de frutos rojos, el tiramisú clásico y la tarta de chocolate con galletas y natilla, ideales para terminar la experiencia con un toque dulce.

El Escondite de Villanueva cuenta, además, con una carta especial de desayunos cargada de diferentes opciones y un menú del día disponible de lunes a viernes y que cambia cada semana. 

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Elaborado con la información y materiales remitidos por Sara Martínez de Brandelicious.