Casa Duque, en Segovia, cumple 130 años

Dónde comer y beber
Asador castellano Clásica

Fundado en 1895 por Jacinta y Dionisio Duque, este restaurante, el más antiguo de Castilla y León, se especializó desde sus inicios en el asado de cochinillo y cordero y es, desde hace décadas, destino de madrileños que buscan disfrutar de la maravillosa ciudad castellana

«Casa Duque es una de las pocas casas históricas con un legado familiar, es más que una casa de comidas, es la historia de Segovia», relata Marisa Duque, cuarta generación de la saga familiar al frente del restaurante que en 2025 cumple 130 años. Se trata de la primera casa de comidas y restaurante de Segovia, especializado y reconocido por su arte del asado del cochinillo y cordero en lo gastronómico; en lo histórico, Casa Duque es mucho más.

Ubicado a unos pasos del Acueducto romano, emblema de la ciudad, el actual restaurante Casa Duque ocupa el primitivo edificio del siglo XV totalmente restaurado, situado en la calle Cervantes el ‘Duque original’. A lo largo de los años se han ido sumando edificios colindantes como la casa Parroquial de San Millán (coloquialmente conocida como ‘la casa de los curas’), y la casa Neira. Hoy Duque acoge 13 comedores, una taberna típica, una amplia barra en el zaguán de la entrada y el horno a la vista del cliente.

130 años de historia

La de Casa Duque es una entrañable historia que arranca allá por 1895, cuando un mozo castellano, de nombre Dionisio Duque se casa con Feliciana y fundan en la plata baja de su casa la primera casa de comidas situada en la calle Cervantes donde se daba la bienvenida como: Casa Duque, Casa de Comidas. Se asa de encargo, se guisa a diario y se admiten comidas.

Dado el éxito y el reconocimiento que empezaron a adquirir, en 1900 fundaron el primer restaurante de la ciudad. El fundador, junto con su mujer, supo crear escuela y legó su maestría en el arte de asar a su hijo Julián, segunda generación que se hizo cargo de la casa en 1920.

Éste transmitió sus conocimientos a su hijo Dionisio, nieto, por tanto, del creador de la casa y hoy conocido ya universalmente por Duque, quien cogió las riendas en el año 50, cuando Segovia florece a nivel cultural y turístico. Dionisio, trabajador y afable, con don de gentes aprendido de su padre, junto a su mujer y socia, codo con codo, consiguieron crear una empresa dando visibilidad a la gastronomía segoviana en el mundo entero. Los méritos culinarios y gastronómicos de Dionisio Duque han sido reconocidos en España y en otros países. Además de su título de Maestro Asador, fue nombrado, en 1964, Miembro de la Confrérie de la Chaine des Rotisseurs, de París; también recibió el título de «Rey de la Cocina castellana» y Figura Popular del diario Pueblo, en 1968; Medalla del Instituto de Cultura Hispánica, Placa de Plata al Mérito en la Hostelería, Medalla de Oro al Mérito Profesional Hostelero, y Trofeo Internacional de Gastronomía y Turismo 1978, entre muchos otros.

De él aprendió todo su hija, Marisa Duque, quien hasta hoy está al frente del restaurante… y ahora, cede el testigo a su hijo, Luis Duque, quien se incorpora al restaurante de tradición familiar más antiguo de Segovia.

El producto, eje fundamental de Casa Duque

La gastronomía de Casa Duque ha estado marcada claramente por el cochinillo y cordero asados, pero su cocina ofrece mucho más. Su carta incluye especialidades de la gastronomía segoviana como la crema de cangrejos, la sopa castellana, los judiones de La Granja, los callos a la segoviana, la caldereta de cordero, las truchas Gran Duque, el besugo asado, las mollejas de ternera, las perdices estofadas, el chorizo de la olla, la morcilla, el arroz con leche caldoso, las natillas, el ponche segoviano y la leche frita, entre otros.

Entre las creaciones más destacadas de la casa se encuentran el soufflé de colas de cangrejos de rio con salsa de gambas, plato creado por Dionisio Duque para su nieta, y la manita de cerdo rellena de boletus y piñones de los pinares segovianos, creado con motivo del nacimiento de su nieto Luis. Otras especialidades son la ensalada de cogollos con perdiz, la merluza a la cazuela, los judiones estilo Gran Duque, el tartar de tomate con guacamole, salmón marinado y vinagreta de mostaza, el paté hojaldrado casero con salsa de frutos y naranja y las croquetas de gambas al ajillo.

Una carta donde los protagonistas son los productos y la tradición segovianos y que ha sido una filosofía marca de la casa desde su fundación. Ya la primera generación de la familia, representada por Feliciana, empezó a tejer relaciones con productores de la zona. «La calidad del producto ha marcado hasta hoy los fundamentos de esta casa», indica Marisa Duque.

El horno de leña, la taberna y el bar

El horno de leña ha sido y es también una pieza fundamental. Hoy día, cuentan con dos, que no dejan de funcionar día y noche. En su origen la casa solo contaba con uno que construyó la primera generación. Ese primer horno fue mejorado por Dionisio, tercera generación, quien también abrió dos nuevos comedores en el segundo piso. Sumados a los dos ya existentes, recibieron el nombre de las cuatro cabezas de partido de la provincia de Segovia: Sepúlveda, Riaza, Santa María la Real de Nieva y Cuéllar.

Con esta restructuración, se abrió una nueva fase del restaurante Duque: la taberna. «La taberna es un sitio especial, siempre fue la bodega de la casa», explica Marisa.

Duque tiene dos entradas, una en la calle Real y otra en la calle de Santa Engracia. Esta última era la entrada de las mercancías, «los arrieros traían uvas, fruta o los cochinillos. Esa bodega la rehabilitó mi padre y creó un bar precioso. Como resultado se convirtió en otra parte del negocio muy popular, la gente venía, tomaba cañas, chatos, pinchos, probaba la cocina de Casa Duque, sus callos, de oreja, de morro, de pata, sus croquetas, también hacían guisos para los momentos de más frío, había un puchero, siempre con un caldo caliente y todo esto estaba regado por vino que elegía mi padre para que todo el mundo disfrutara de un ambiente acogedor», recuerda con anhelo Marisa.

«Debajo de la bodega, en el sótano, creó una sala de fiesta, de las primeras de los años 60», apunta. ‘Las cuevas de Duque’, nombre con el que eran conocidas, atesoraron anécdotas curiosísimas, pinchaban discos prohibidos, contaba con poca luz y mucha animación. «Ahora, las cuevas de Duque se llenan de clientes de todo el mundo. Sigue siendo un sitio entrañable y maravilloso donde disfrutan de su barra, el tapeo y la propuesta más informal de Casa Duque, perfecto para los que buscan alternativa a los judiones y el cochinillo», explica Marisa que no descarta que esta taberna castellana vuelva a sus orígenes por deseo de su hijo.

Llega la quinta generación de la familia

Luis Duque es el siguiente relevo de la familia, la quinta generación que toma el testigo para que la casa siga cumpliendo años. Graduado en economía bilingüe en la Universidad de Navarra, ha trabajado en banca y también en comunicación y marketing de gran consumo, pero desde bien pequeño y paralelamente a sus estudios siempre ha estado ligado a la cocina de Casa Duque. Por eso, cuando tuvo la oportunidad, volvió a casa, que es lo que realmente le llenaba. Con su incorporación oficial a Casa Duque, Marisa comparte el testigo de su casa y el arte de ser anfitrión con la quinta generación de la familia y asegura así su continuidad. Luis llega para aportar una nueva visión en la gestión del día a día del restaurante.

Casa Duque ha sido siempre un lugar acogedor para todos, desde turistas nacionales y extranjeros que visitan a diario la ciudad hasta los segovianos que han formado y forman parte de su historia. «Duque siempre será un lugar especial para los segovianos», afirma Luis. Quien trabajará con esta de idea para perpetuar la tradición de esta casa familiar.

¿Quieres ser siempre el primero en enterarte de todos los planes que hay en tu ciudad?

Inscríbete AQUÍ a nuestra newsletter

pbenavente@guiadelocio.es

Elaborado con la información y los materiales enviados por Belén Francisco Recuero – Comunicación y RR.PP.

Busca los mejores planes en Madrid